Paisaje de símbolos – El cielo y el mar

1983-85

Pinturas Dibujos y bocetos – Textos


2a.-  PAISAJE DE SÍMBOLOS  (1983 – 84)

Círculos como nubes o árboles, triángulos como casas o montañas, abstracción simbólica del paisaje. Formas rotundas de trazo plano, de color vivo, aparentemente aleatorio, que son campos que se entrelazan, se penetran y que en un momento se desvanecen. 

Mundo circular donde crecen árboles redondeados y largos cipreses que tanto prosperan hacia la altura como hacia el barro, como si el planeta hubiera empequeñecido o los árboles fueran gigantes. Diseño de un mapa ancestral, donde la lluvia tanto cae, por naturaleza, al suelo, como se proyecta hacia el cielo. Qué importa la lógica en un paisaje ideal que invita a romper las estructuras convencionales, a vivir una irrealidad cercana al sueño, donde crecen árboles que encierran el universo o reflejan el alma de un solo individuo. Árboles que nos cuentan asombrosas experiencias en un atávico y a la vez nuevo lenguaje, para todos comprensible. Árboles silvestres o cultivados entre los muros de un huerto. Árboles quemados por el rayo o quebrados por la fuerza del viento. Árboles que somos tú y yo, nosotros en nuestro cotidiano devenir.

2b.-  EL CIELO Y EL MAR  (1983 – 84)

En el origen, la brisa mece gráciles palmeras junto a un mar temperado que calma la impetuosidad de la tierra. Dos naturalezas opuestas que se realimentan. El mar incita al viaje y una enérgica casa junto a la playa recoge sus sueños. En el cielo, de luminoso azul, aparecen nubes de tormenta que auguran una funesta noche. La palabra olvida su función. La serenidad se transfigura en angustiosa pena. El firmamento cae al mar, ya embravecido, zarandeando a su antojo árboles y casas, hasta que el mismo mar se torna aflicción y fuego, espacio obsesivo de sensaciones cíclicas. 


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